
El 14 de julio de 1789: toma de la Bastilla, Revolución Francesa, fin del Antiguo Régimen, nacimiento de la época moderna... Se trata de un día histórico que ha despertado el interés de muchos investigadores y ha sido origen de estudios profundos sobre esa jornada, su antes y su después. Por eso, Éric Vuillard recurre a la novela, pues hay que escribir lo que se ignora. En puridad, se desconoce lo que ocurrió el 14 de julio. Los relatos que poseemos son encorsetados o descabalados. Hay que plantearse las cosas a partir de la multiud sin nombre. ¿Novela histórica? No, solo novela. Un obra que relata las 24 horas del 14 de julio, en París, aprovechando un hecho histórico y lo que hicieron en esa jornada personas de las que nada sabemos y cuyos nombres salen de los archivos.
Los dos primeros capítulos dibujan la situación social y laboral del momento, sin profundizar ni entrar en ningún personaje histórico. Se presenta, por una parte, a los obreros de la manufactura Réveillon terminan con una fuerte represión y, por otra, la vida en Versalles. Capítulos cortos, trepidantes, que relatan hechos sencillos, humanos, de personas simples que son las que al final escriben la verdadera historia. Con un lenguaje muy rico, construye una novela que engancha, que lleva al lector por las calles de París y lo conduce a la Bastilla de manera que está dentro... y, al volver, descubre que ha escrito la Historia.