Nora, joven de 15 años, desaparece sin dejar rastro en el verano de 1975. En el 2008 se encuentra su cadáver en el jardín de Henry Quebert, un famoso escritor. Se inicia una investigación policial que atrae sobre sí la atención de los medios de comunicación, dada la notoriedad del sospechoso y que, aparentemente, mantuvo una relación con la menor antes de su desaparición. Marcus Goldman, un joven novelista, decide limpiar el nombre de su Quebert, y ofrece sus servicios a un amigo que es sargento de la policía.
Nos encontramos frente a un libro que, si bien no tiene pretensiones literarias, entretiene e incluye algunas interesantes consideraciones sobre la vida y el trabajo de un escritor. Por desgracia, una parte importante de la trama se apoya de un modo morboso sobre la vida de Nora, pues esta parecía vivir solo para seducir a hombres maduros. Esto hace que el libro esté salpicado de referencias sexuales, lo que le da un tono sucio. Aparte de lo anterior, hay cinco o seis escenas inmorales, y una conversación obscena de varias páginas de longitud.