La noche del 30 de julio de 1994, la apacible población de Orphea, en la región de los Hamptons, asiste a la gran apertura del festival de teatro. Pero el alcalde se retrasa...
Mientras tanto, un hombre recorre las calles vacías buscando a su mujer, hasta hallar su cadáver ante la casa del alcalde. Dentro, toda la familia ha sido asesinada. Jesse Rosenberg y Derek Scott, dos jóvenes policías de Nueva York, resuelven el caso. Pero veinte años más tarde, en la ceremonia de jubilación de Rosenberg, una periodista lo recrimina: le asegura que él y su colega identificaron equivocadamente al asesino, a pesar de que una prueba estaba delante de sus ojos, y afirma que ella posee información clave. Días después, la periodista desaparece. Así se inicia este thriller, que avanza en el pasado y el presente a ritmo vertiginoso, sumando tramas, personajes, sorpresas y vueltas de tuerca, conduciendo al lector hacia el desenlace.
Se trata de una novela policíaca de intriga y suspense. Los personajes son un tanto planos: sus motivaciones son el dinero, el sexo y el poder. La trama es interesante, aunque un tanto sórdida, por el asesinato múltiple que abre la historia. El autor va revelando los hechos ocurridos en 1994 mediante el recurso a flashbacks y narra aquellos del presente junto con las historias de los distintos personajes. La narración juega con el factor sorpresa, las emociones y los sentimientos.