
El libro profundiza en la identidad femenina desde la experiencia que le da su condición de psicóloga. Se tratan diversos temas con un modo de exposición heterogéneo: se unen acentos teóricos y prácticos en proporción variable. Predomina la concepción psicoanalítica de la persona y su desarrollo. La dimensión erótica, no solo referida a la sexualidad, y la materna, con la capacidad de acogida y ternura, se presentan como claves de madurez. Se da valor al cuerpo en su significado más profundo, constitutivo también de la propia identidad. Se profundiza en la autoestima femenina, en las relaciones entre mujeres y en la envidia. El argumento base es la diferencia y la relación hombre-mujer, entendida fundamentalmente en su complementariedad para formar una familia.
La lectura puede ser muy útil para algunos matrimonios, pues los aspectos prácticos de la sexualidad causan en la población general no pocos problemas. Ayudará también a un público femenino a comprenderse mejor y a los hombres a entender más los aspectos de la psicología femenina y la formación de su identidad. En varios capítulos se hace referencia a la sexualidad y a las características de sus actos, sin descripciones indecorosas, pero con un lenguaje gráfico y explícito. Por esto, parece un texto más adecuado para hombres y mujeres que ya están casados o se encaminan en esa dirección, que para quienes desean vivir el celibato por amor a Dios. Ciertos detalles que se refieren son innecesarios para quien haya decidido no casarse. Desde el punto de vista más académico, como algo opinable, se echa de menos alguna observación crítica, desde otro ángulo, a la corriente psicoanalítica. Se da por descontado un tipo de desarrollo infantil, con ciertas reglas y momentos, que no es siempre aceptado pacíficamente por la comunidad científica.