
Después del éxito de su libro Imperiofobia, la autora vuelve sobre el tema, en esta ocasión presenta 6 relatos cortos, que denomina ejemplares, sobre diferentes situaciones en los años de la reforma protestante. El objetivo es seguir demostrando que hubo un cambio cultural y religioso en el siglo XVI que no fue como se ha querido presentar en los medios de comunicación o por muchos historiadores anglosajones.
Así, Roca Barea nos cuenta la historia de Ana de Sajonia, princesa alemana, apartada de sus hijos, de su herencia y de su vida social, por el capricho de su marido a tomar nueva esposa, bendecido por la nueva iglesia. En los Doce apóstoles, recrea la famosa batalla del campesinado alemán, en Frankenhausen. Non angli, sed angeli revive la imaginaria estancia y paseos de William Shakespeare por Verona, acompañado por un sacerdote y protegido por el Obispo, dando a ver la catolicidad del poeta inglés.
El sembrador de peste o lo que tuvo que ser la vida en la Ginebra de Calvino. Campanas de Breda, el relato de un criado de Felipe Guillermo de Orange-Nassau, católico, criado por Felipe II y nombrado por este Señor de Breda, pero también hijo del conocido Guillermo de Orange. Por último, en La última reina muestra la triste vida de lady Margaret Pole, última descendiente de los Plantagenet, familia real inglesa muy mal tratada y eliminada por los Tudor, Enrique VII y Enrique VIII.
Un conjunto de relatos que se leen con interés y facilidad, donde la autora disfruta simulando, en ocasiones, el escribir de la época, pero donde se percibe el poco cariño que algunos de los personajes despiertan en ella, como retratos pictóricos, con poca valía moral.