
San Josemaría Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei, realizó una visita a México, del 15 de mayo al 23 de junio de 1970. Se trató de un viaje significativo en la vida del fundador: en ese momento, se atravesaban unas circunstancias dolorosas en la vida de la Iglesia y del Opus Dei y decidió acudir a la protección de la Virgen María bajo su advocación de Nuestra Señora de Guadalupe.
Francisco Ugarte fue testigo directo de esa estancia de san Josemaría en México y, con el apoyo de otros testimonios y documentos, recoge con detalle en este libro lo que vivieron durante esas semanas. En primer lugar, se detiene en la Novena (nueve días) de oración intensa en la Basílica de Guadalupe (16 al 24 de mayo). Después, san Josemaría permaneció en la capital mexicana, donde tuvo encuentros con personas del Opus Dei y sus familias y conoció las iniciativas apostólicas que habían promovido. También se desplazó a Montefalco (casa de retiros situada en el estado de Morelos), del 3 al 6 de junio, y a Jaltepec (casa de retiros junto a la laguna de Chapala, en el estado de Jalisco), del 9 al 17 de junio.
El libro está escrito de manera ágil y sencilla. A lo largo de sus páginas, resaltan la devoción mariana y el sentido sobrenatural de san Josemaría, y también su buen humor, su cariño y su dedicación a las personas con las que se encontró en este viaje, que se recogen multitud de anécdotas. Esa unión de lo divino y lo humano es característica de la personalidad y del espíritu que transmitió el fundador del Opus Dei.
El título del libro, Mexicano de corazón, responde a una frase amable de san Josemaría, que manifestaba así lo a gusto que se sintió en México, entre sus hijos e hijas espirituales, después de dejar sus preocupaciones a los pies de Santa María de Guadalupe.