
La pasión de Cristo es el acontecimiento central de nuestra fe: allí hemos sido redimidos. Es tanta la importancia que, desde siempre, la Iglesia, los santos y muchísimos autores espirituales han hablado, profundizado, rezado, ¡vivido! sobre ella. Hay por eso muchos libros, no solo excelentes, sino auténticas obras maestras de espiritualidad. Ahí estarán siempre para ayudarnos porque son perennes.
Podría parecer que no se puede decir nada más. Este nuevo libro de José Miguel Ibañez Langlois lo desmiente, ya que esa fuente de la Pasión de Nuestro Señor es inacabable. Con su agudísimo sentido cristiano nos propone un viaje completo en aquellos tres días de la vida de Cristo que nos han dado la salvación. Está en perfecta continuidad con la tradición de la Iglesia, pero esta obra del sacerdote, maestro y literato chileno profundiza de manera sorprendente en este misterio de nuestra fe. No es original -eso sería un grave error-, sencillamente expone el Evangelio y saca consecuencias nuevas con la naturalidad del que descubre lo que estaba allí, patente, evidente, pero que no éramos capaces de captar. No hay nada de pietismo -en el sentido negativo de la palabra- sino solamente Evangelio, realidad del amor de Cristo manifestado en la Cruz. Y así, en cada misterio, en cada momento de aquella sagrada Pasión, nos encontramos con una sugerencia eficaz, un nuevo punto de vista, otro descubrimiento.
El gran instrumento que utiliza el autor es la incomparable calidad literaria del texto. Es una pura delicia encontrarse siempre con la palabra exacta, el adjetivo buscado largamente, la agilidad de sintaxis. Todo al servicio de la finalidad del libro. Parece que este libro es ya, en este mismo año 2021, un clásico. Solamente cabe recomendar su lectura: cuanto antes, mejor. No quedará el lector defraudado