
La oración es algo muy personal, y a la vez algo misterioso. Más allá de cualquier técnica, se ora como se es, de un modo que es siempre único e irrepetible. Y más allá de cualquier empeño personal, la oración es un don, que Dios concede cuando se lo pedimos: "Enséñanos a orar…", piden a Jesús sus discípulos. El libro es fruto de una larga experiencia pastoral, y ha sido diseñado con un enfoque muy práctico: ofrece numerosas pistas para lanzarse por cuenta propia a la aventura de aprender a orar: por ejemplo, la importancia del silencio, la búsqueda del recogimiento y la paz interior, el deseo de escuchar al Señor, la tradición que enseña a orar con la Escritura, la adoración de la Eucaristía, etc.