
A comienzos del siglo XX, dos hermanos, Wilbur y Orville, a la vez que atendían una tienda de bicicletas en Ohio, Estados Unidos, construyen un aparato que es capaz de volar a motor, con tripulantes. A comienzos del siglo hicieron cientos de intentos; luego corregían y llegaban a una nueva versión. En 1903 ya se apreciaron frutos; lograban elevarse y avanzar. Al inicio era poco lo logrado, en velocidad, altura y espacio recorrido. Su constancia y capacidad de aprender, les llevó a construir un prototipo que se pudo presentar en público. La respuesta inicial en Estados Unidos no fue favorable; lo fueron mejor la francesa, alemana y británica. Ellos eran celosos de los derechos de la patente y tenían la esperanza de que un día volarían en su país. David McCullough ha visto los documentos de los inicios y de las pruebas en Reino Unido y Francia. De este último país fueron los primeros pilotos que ellos formaron. Orville pasó meses haciendo pruebas y demostraciones, hasta que un accidente le obligó a pasar varios meses en el hospital. Su hermana Katherine fue a Francia para cuidarle. Mientras, Wilbur atendía los acuerdos para usar su patente. Con el tiempo vinieron los títulos, premios, etc. Fueron años de esfuerzo y de constancia. A partir de ahí la aviación mejoró, en el área militar y civil. Fue difícil encajar los pleitos por las patentes hasta que la justicia dictaminó la aportación de estos hermanos en los inicios de la aviación.