
Libro-reportaje sobre el secuestro de Bosco Gutiérrez, un prestigioso arquitecto mexicano, que permaneció 257 días encerrado en un zulo de tres metros cuadrados. En este reducido espacio luchará por no abandonarse en la inactividad, organizando su día alrededor de las pocas actividades que podía desarrollar (por ejemplo, escribir a sus secuestradores, hacer flexiones, resolver pasatiempos mentales…). Pero, sobre todo, el libro muestra el modo en que su fe iluminó y dio sentido a su reclusión. La historia sorprende vivamente al lector, que descubre cómo una situación muy negativa, no sólo se puede sobrellevar, sino que puede convertirse en una ocasión de enriquecimiento interior.
T.S. (2012)