Viaje al centro del hombre

[Viaje al centro del hombre]
Año: 
2010
Género: 
Público: 
Editorial: 
Rialp
Ciudad: 
Madrid
Año de publicación: 
2010
Páginas: 
105
Valoración moral: 
Género: Pensamiento
Sin inconvenientes.
Requiere conocimientos generales en la materia.
Lectores con formación específica en el tema.
Presenta errores doctrinales de cierta entidad.
El planteamiento general o sus tesis centrales son ambiguos o se oponen a las enseñanzas de la Iglesia.
La obra es incompatible con la doctrina católica.
Calidad literaria: 
Recomendable: 
Transmite valores: 
Contenido sexual: 
Contenido violento: 
Lenguaje vulgar u obsceno: 
Ideas contrarias a la doctrina de la Iglesia: 
La calificación de las distintas categorías proviene de la opinión de los colaboradores de Delibris

El autor fue un conocido profesor, escritor, doctor en Filosofía y empresario mexicano que ha dejado tras de sí una imborrable huella, fundó el IPADE y la Universidad Panamericana. Propone el estudio de tres temas antropológicos desde la perspectiva de un viaje en el que se aborda en la primera expedición la dignidad del hombre y su fundamento; en la segunda trata del uso de los bienes materiales y finalmente en la tercera que lleva a la cumbre explica cuáles son los valores que conducen al viajero al mejor modelo de vida. El estilo es fresco, sencillo, profundo, con buen humor, salpicado de anécdotas del entorno mexicano y mundial y citas de numerosos autores. Interpela al lector con grandes preguntas.  

De entre todos los seres del universo material el hombre es sujeto de dignidad por su espiritualidad. El error más común en nuestro tiempo es confundir la dignidad -que todos aceptan- con el bienestar material. El hombre es el único ser de la tierra con valor de fin; nunca puede considerarse como medio. En este sentido tiene un cierto carácter de absoluto. Es el ser más perfecto de la realidad material. No es intercambiable. El fundamento de esta fecundidad es que es imagen y semejanza de Dios, es un ser material y espiritual. La espiritualidad se puede demostrar por varios caminos filosóficos. Todas las personas humanas son dignas, son lo más alto que hay en el universo, y deben ser tratadas como tales. 

Por tener un cuerpo el hombre se haya sujeto a necesidades materiales. Quizá se han exagerado en demasía y por eso nos encontramos sumergidos en la selva de lo superfluo. Es difícil precisar cómo debe usar el hombre de los bienes materiales. Puede servir de brújula la distinción entre bienes necesarios, convenientes, superfluos y nocivos. No se puede hacer una lista de los bienes necesarios, a lo largo de la historia de la filosofía ningún pensador logró una enumeración completa pues dependen de muchas circunstancias contingentes. Hay una pequeña piedra de toque que facilita ver si algo es natural o superfluo: las necesidades superfluas tienen como rasgo característico el no saciar nunca. La pleonexia es un apetito insaciable de cosas de carácter material. Son bienes necesarios los que esponjan la naturaleza espiritual a través de la virtud. Lo superfluo se convierte en nocivo porque coexiste con la carencia de lo necesario, porque priva a alguien de lo que realmente necesita. 

En la sociedad contemporánea se encuentran varios modelos que son fantasmas: hedonismo, permisivismo, consumismo, sociedad impersonal y pesimismo. Para llegar a las cotas más altas del ser humano se requiere de la resurrección de los valores que dan al hombre el sentido de verticalidad: los de la amistad, la confianza y la alegría profunda de vivir llamada fecundidad. El ethos vital, la grandeza del mundo de la gente común incluye una triple superioridad: de la ética sobre la técnica; de la persona sobre las cosas y del espíritu sobre la materia. Triple superioridad y doble trascendencia: el mundo es trascendido por el hombre y el hombre es trascendido por Dios. 

La firmeza de nuestra existencia, la fuerza expansiva de nuestra persona se adquiere a medida que se despliegan en nuestro interior tres capacidades acordes con una idea cristiana de la persona: la capacidad de compromiso, la capacidad de renuncia y la capacidad del don de sí. Estas notas han de prevalecer en nuestro tiempo y son posibles si cada uno se propone la meta de la excelencia personal. 

Es un libro asequible a todo público, recomiendo ampliamente su lectura.

Autor: Marcela Navarro Hernández, México
Fecha de actualización: Oct 2022