
El día de su decimoctavo cumpleaños, la madre de Carlos le informa que su padre, a quien no conocía y que les abandonó cuando él tenía pocos meses, acaba de morir en un accidente de tráfico a los cincuenta años. Cuando acude a la vivienda de su progenitor para recoger las cosas que dejó atrás, descubre un relato escrito a mano por su padre, ¿de fantasía? y un poco turbio. También descubre en su padre a un lector voraz, y con una vida curiosa, más allá de su trabajo como profesor de lengua.
Novela mezcla de fantasía y realidad, en la que el joven protagonista se mete como un fantasma en los cuentos de los hermanos Grimm. La Cenicienta, Hansel y Gretel, la Bella durmiente... El autor repasa varios cuentos infantiles que muchas generaciones sólo conocen por las versiones de Disney, y alienta de alguna manera a revisarlas. Lástima que la novela tiene dos episodios eróticos, breves pero groseros, que deslucen el nivel general de la novela sin necesidad alguna.