
A través de una serie de planteamientos sugerentes, desde una perspectiva profundamente filosófica, Scruton pretende demostrar que no todo en el mundo se puede entender mediante explicaciones científicas. Señala que hay siempre un aspecto que queda sin resolver, y es ahí el momento en el que se muestra la apertura natural del hombre -y de toda la realidad- hacia Dios. No se trata de una defensa de la existencia de Dios sino, más bien, de una reflexión sobre la necesidad esencial de lo sagrado para la vida humana.
Basándose en el arte, la arquitectura, la música y la literatura, el autor trata la falta de aptitud de la ciencia para explicar la experiencia de la belleza, que permite mirar la realidad “desde los ojos de Dios”. Es un libro que requiere una formación amplia para comprender los argumentos tratados en el libro. A los largo de la obra se hacen referencias a muchos autores, que a veces son muy genéricas y dan por supuesto que el lector los conoce. Sin embargo, en ausencia de esta formación previa, con paciencia y una lectura razonada se puede comprender el mensaje central del libro. Al ser un libro de pensamiento, requiere también de una cierta madurez por parte del lector. En algunos puntos concretos se hace referencia a la sacralidad de la sexualidad, y profundiza en la intencionalidad de esos actos.
G.A. (México, 2017)