
Esta es la primera novela de la autora, aunque no la primera que se traduce al castellano. Prosa muy cuidada, detallista y llena de imágenes sorprendentes y muy logradas.
Ambientada por los años cincuenta del siglo pasado, en un lugar inventado de Estados Unidos, junto a un lago, la vida de las hermanas Ruthie y Lucille es trágica: su abuelo materno muere en un accidente de tren, su madre se suicida, viven con la abuela hasta que esta fallece y pasan a depender primero de unas parientes ancianas y después de Sylvie, hermana de su madre, mujer bastante singular. Luego las hermanas se separan y quedan Ruthie y su tía, que huyen del pueblo ante el peligro de que un juez las separe, por las denuncias de los vecinos por su conducta un tanto estrafalaria, y se dedican a vagabundear.
Sin embargo, el tono no es en ningún momento amargo, hay ganas de vivir e intentos de comprender lo que ocurre, con un trasfondo de trascendencia, son frecuentes las citas bíblicas, y de amor y respeto sobre todo a los parientes difuntos… Novela sorprendente, muy bien escrita, bastante distinta de las que la autora escribió después.