
"Emprendí el viaje para intentar aprender algo de este país. ¿Estoy aprendiendo algo? Si lo estoy, no sé lo que es. ¿Puedo volver en este momento con una bolsa llena de conclusiones, un conjunto de respuestas a enigmas? Lo dudo, pero quizás. Cuando vaya a Europa, cuando me preguntes allí cómo es mi país, ¿qué diré? No sé". Con este propósito, el premio Nobel americano recorre gran parte del territorio de la federación. Nos cuenta los preparativos, sus estados de ánimo, sus impresiones y reflexiones... El libro es una metáfora sobre la vida, sobre el viaje de la vida. En las últimas páginas, dedicadas a los estados sureños, se extiende en el problema racial tal y como se vivía en ese comienzo de los años sesenta. Una lectura que aprovecha todavía, después de más de medio siglo, no solo por la calidad literaria.