Una voz escondida

[Pedar-e aan digari]
Año: 
2004
Género: 
Público: 
Valoración moral: 
Género: Literatura
Sin inconvenientes.
Algunos inconvenientes morales.
Presenta pasajes de cierta entidad contrarios a la fe o la moral.
Presenta pasajes escabrosos o un fondo ideológico general que puede confundir a personas con una escasa formación cristiana.
Abundan los pasajes escabrosos o un fondo ideológico contrario o extraño a los valores cristianos.
Por sus contenidos explícitos, la obra contraría la fe o la moral de la Iglesia Católica o el cristianismo en general.

Esta escritora iraní ofrece las peculiares andanzas de Shahab, un niño de cuatro años que todavía no habla. Parece mudo, retrasado, y, en ocasiones, es el hazmerreir de la gente. La historia se basa en hechos reales: un niño que no habló hasta los siete años. Su padre considera la situación como un ultraje para la dignidad de la familia; su madre, en cambio, procurará protegerle, con mayor o menor éxito, de todos los peligros. Realmente no es mudo, ni se trata de una enfermedad, simplemente Shahab considera que no ha llegado el momento de hablar. El silencio es como un arma defensiva: esconde su voz porque está harto de que los demás piensen que es tonto y de que todo lo hace mal. El enrarecido ambiente familiar tampoco le ayuda a superar sus miedos y reparos, cada vez se encierra más en su pequeño mundo, hablando con sus amigos imaginarios, y estallando, en ocasiones, con reacciones violentas. Su abuela Bibi sabrá penetrar en su corazón y encontrar la solución: quedará patente lo importante que es para la persona el reconocimiento de los que nos rodean, y el sentirse querido. La autora, al hilo del argumento, va describiendo algunas costumbres de la rígida sociedad iraní: la vida de las familias, la situación subordinada de la mujer, etc. Casi toda la novela está narrada, en primera persona, por Shahab, y resulta fácil y agradable de leer. Solo desentona un aborto provocado por una prima suya, después de una relación con un muchacho al que ve a escondidas, y sometida, por otra parte, a la presión de las costumbres del país.

R.I. (España, 2016)

Narra la vida de un chico de pocos años, que no habla. La razón de su mudez obedece a que se siente incomprendido por su padre y gran parte de sus familiares, quienes se mofan de él y hacen suposiciones de su posible retraso mental. Pese a todo, Shahab -que así se llama el muchacho- recibe el afecto de su madre, quien es la que mejor le entiende de la familia. La lectura es interesante y el nivel literario medio, siendo destacable la buena traducción a nuestra lengua. La autora utiliza la técnica de ir alternando un capítulo narrado por el chico, desde su perspectiva, y otro contado con la madre desde la suya.

Se admite como normal un aborto provocado en una prima de la familia (si bien no se entran en detalles); el protagonista reacciona con gran ira y venganza ante los desaires de su padre; y el propio monólogo interior del muchacho (con críticas, juicios, etc.) no parece buen camino a imitar a la hora de resolver los problemas. La llegada de la abuela a la casa mejorará la situación, y pondrá de relieve la importancia del cariño en el trato hacia las personas, así como del amor matrimonial y la necesidad de la alegría en la familia. Todo esto es positivo. Pero se deja de afrontar un aspecto claro: la realidad de que el hijo necesita además ayuda médica, lo que la abuela no reconoce. Hay alguna referencia mínima al Dios del Islam. La autora parece concebir la novela como protesta ante la situación de la mujer en Irán, que queda simbolizada en el niño mudo y el padre despreciativo, desabrido y autoritario.

M.M. (España, 2017)