Un puente sobre el Drina

[Na Drini cuprija]
Año: 
1945
Género: 
Público: 
Editorial: 
Debolsillo
Año de publicación: 
2003
Páginas: 
512
Valoración moral: 
Género: Literatura
Sin inconvenientes.
Algunos inconvenientes morales.
Presenta pasajes de cierta entidad contrarios a la fe o la moral.
Presenta pasajes escabrosos o un fondo ideológico general que puede confundir a personas con una escasa formación cristiana.
Abundan los pasajes escabrosos o un fondo ideológico contrario o extraño a los valores cristianos.
Por sus contenidos explícitos, la obra contraría la fe o la moral de la Iglesia Católica o el cristianismo en general.
Calidad literaria: 
Recomendable: 
Transmite valores: 
Contenido sexual: 
Contenido violento: 
Lenguaje vulgar u obsceno: 
Ideas contrarias a la doctrina de la Iglesia: 
La calificación de las distintas categorías proviene de la opinión de los colaboradores de Delibris

De forma magistral Ivo Andrić narra la épica de una multitud de gentes que vivieron durante cuatro siglos, en el marco de sucesos históricos, de personas normales de diversas concepciones: étnicas, religiosas o vitales. Narra situaciones “vulgares”, en las que no ocurre nada especial. El protagonista es precisamente ese vecino desconocido que sueña con los ojos abiertos en su mezcla de felicidad e infortunio que iguala a todos.

La materia prima de Andrić parece ser la pasión de vivir de esos personajes anónimos que pueblan su libro. No es una obra monumental, ni una crónica de la aldea de Visegrad, ni una saga de estos territorios antes de la Primera Guerra Mundial. Quizás se puede considerar un clásico porque la genialidad del autor está en que aquí aparecen algunas constantes de la historia universal. La intrahistoria misteriosa de vidas corrientes con sólo un testigo mudo que en este caso es el puente de piedra. Los personajes no intervienen en la política ni en la historia que determinan su vida (las madres a las que les arrebatan sus hijos o los musulmanes que pierden su seguridad o los rebeldes que mueren “emparedados”): "Sucedió entonces que (…) una muchacha tartamuda y algo anormal quedó encinta"; "Badi, a despecho de sus magras remuneraciones, era un pobre diablo famélico”. "Me doy cuenta de que ya no podemos ir a ninguna parte”

La novela de Andrić parece un alegato contra esa Historia  que pesa sobre la espalda de los pequeños, personificados en ese crisol de pueblos balcánicos -eslovenos, cíngaros, judíos, serbios, bosnios, croatas, turcos- entregado a los imperios, primero al turco, después al austro-húngaro (es anterior a Yugoeslavia) Observa, sin decirlo, que la historia se repite, interrumpiendo las vidas y manejando al hombre como moneda de cambio (el “kolo” sólo se interrumpe  con motivo del asesinato del archiduque Francisco Fernando); aparecen así todas las variaciones posibles de la alegría y el infortunio: inundaciones, tiranos, amor, amistad, nacimiento, pobreza, muerte, crueldad, abundancia o escasez. Parece decir que los desastres naturales y los históricos se asemejan y que es mejor no ofrecer una resistencia frontal; sólo queda tender puentes sobre la riada. 

Es un libro lleno de sabiduría acerca de lo que es el hombre: "El deseo es como el viento, lleva el polvo de un sitio a otro"; "Entonces el cíngaro se irguió, se abrió de brazos, adoptó un aire serio y una expresión de sinceridad conmovedora de la cual son sólo capaces las personas que no distinguen la mentira de la verdad". 

La novela del Drina es un canto a la bondad anónima, que siempre estará oculta para la historia y la política. El autor parece concluir que un hombre bueno es como un puente, hay una corriente impetuosa entre dos orillas y al mismo tiempo es un pasaje hacia otra posibilidad. 

En Andrić no hay señalamiento de buenos o malos. Tanto los cristianos como los musulmanes sufren y viven, son alternativamente víctimas y verdugos. 

La novela consigue hacernos amar una rectitud, un tormento y una dicha de personas como Radislav enterrado de forma clandestina o Salko: "raro, valiente, feliz, truhan y gran bebedor" o a la heroína derrotada Lotte: "Miraba a todo el mundo de frente, pero no veía a nadie". 

Es un libro lleno de reflexiones, con muchas claves sobre la naturaleza humana y el acontecer histórico, muy realista y al tiempo de gran profundidad psicológica, escrito con una prosa bellísima que gustará a un público culto. 

Ivo Andrić (1892- 1975) fue un escritor bosnio, nacido en Travnik, en la Bosnia ocupada por Austria. Recibió en 1961 el premio Nobel de Literatura por "la fuerza épica con la que trazó temas y describió destinos humanos extraídos de la historia de su país".

Autor: Angeles Labrada, España
Fecha de actualización: Mayo 2023

Otras reseñas

Valoración moral: 

Cuenta la historia de cuatro siglos (del XV al XX) en los Balcanes. El autor cuenta muchas historias particulares en las que encontramos personajes pertenecientes a diversos grupos étnicos. La historia se centra en la ciudad bosnia de Visegrad y en la construcción del famoso puente que unirá Bosnia con Serbia. Un puente se convierte en el protagonista de la historia de esos cuatro siglos. Muchos de los capítulos iniciales están dedicados al esfuerzo para su construcción por un Visir árabe con el compromiso de una multitud de hombres reclutados sin piedad. Al principio se cuenta el asesinato de uno de ellos porque no habría trabajado como debería. A lo largo de la historia, bosnios, árabes, serbios, cristianos, musulmanes, trabajan juntos para hacer frente a enormes dificultades, como la famosa inundación de 1799 que destruyó completamente la ciudad. Sólo quedaba en pie el puente. Y poco a poco la ciudad fue reconstruida y los diferentes grupos étnicos continuaron viviendo juntos hasta que llegaron los alemanes y la proclamación del emperador Francisco José no fue colocada en el puente, donde fue leída para la gente por alguien que sabía alemán. 

Escrito con una prosa cuidada, y dando gran cantidad de detalles, con muchas percepciones y reflexiones históricas profundas, que parecen ser faros de luz para iluminar los acontecimientos humanos. A lo largo de los siglos, estos acontecimientos se han repetido o cambiado por completo, mientras que la vida se desarrolla de maneras tan diferentes o de tal manera que el lector tiene la oportunidad de captarlos, incluso si la intriga de los hechos a veces se vuelve casi impenetrable. Hermosas descripciones de la naturaleza, de un simple atardecer, de un momento particular del día, del agua verde del río que fluye ruidosamente entre los arcos. El puente resiste el conjunto hasta que es destruido, pero sólo parcialmente, por granadas y cañones alemanes.

M.G. (2014)