
Es la última novela de John Le Carré, ambientada en Inglaterra, el año 2018, marcado por la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea (Brexit). El protagonista es Nat, un veterano de los servicios secretos británicos que vive en Londres con su mujer Prudence y su hija Steff. Nat conoce en su club deportivo a Ed, un joven jugador de bádminton que le reta a jugar con él periódicamente. El contexto político con la división que se da en Gran Bretaña entre los partidarios y no partidarios del Brexit está presente y la inquietud que genera, pues no parece que todos quieran depender de unos Estados Unidos presididos por Tramp que parece apoyar los deseos de Rusia presidida por Putin. A esto se añaden otras razones geopolíticas e históricas que a los no partidarios del Brexit les parecen razones sólidas. Todas estas cuestiones influyen en los servicios secretos y Nat no tiene claro cuál es la línea que separa los intereses de Rusia y de Gran Bretaña. Él quiere defender los intereses de su país, y descubre que Ed puede ser no solo un enemigo en el deporte, sino que puede tener motivaciones vitales que difieren de sus propios intereses.
En medio de las reflexiones políticas, que son muchas, aparece el declive de Europa, la sensación de caos generalizado, la crisis de legitimidad de los dirigentes populistas y de las democracias liberales, también hay referencias a la corrupción, se reflejan relaciones emocionales frágiles. No falta acción y la novela tiene un ritmo vibrante y se desarrolla con golpes de efecto y con un desenlace insospechado. Como ya lo hizo en otras novelas, le Carré dosifica la información, a veces la oculta y en otras ocasiones la muestra siempre en función de generar más suspense. La novela está bien escrita, siguiendo su esquema clásico. Tiene equilibrio, intriga y entretiene; la prosa es viva y los diálogos están llenos de humor y realismo.