
Jean-Luc Bannalec, es el pseudónimo de un autor alemán, que escribe en ese idioma y que vive entre el país germánico y la Bretaña francesa. Ha publicado varias novelas protagonizadas por el comisario francés Dupin, que ejerce su labor policial en un departamento del Finisterre galo. Ha conseguido amplio éxito en esos dos países y en Alemania se han hecho películas con alguna de sus narraciones. En España, ésta es su tercera novela, publicada en tres años, después de "El misterio de Pont-Aven" y "Muerte en las islas".
"Un crimen bretón" se ambienta en la región de Guerande, donde hay una actividad salinera intensiva y extensiva, con producción de la que algunos consideran la mejor flor de sal del mundo. La novela es un canto a las bellezas y bondades de la tierra de Bretaña y de todo lo bretón, con referencias muy frecuentes a paisajes, costumbres, idiosincrasia y gastronomía, además de pormenorizar muchos detalles de la labor que se lleva a cabo en las salinas, y la importancia y comercialización de este indispensable producto de la naturaleza. La psicología del inspector protagonista, que se hace amable y cercano, así como la de los personajes, está cuidada, aunque no se profundiza demasiado; quizá sí puede haber un exceso de detallismo en descripciones geográficas y en los numerosísimos desplazamientos de los personajes, difíciles de seguir sin un mapa pormenorizado. La trama está bien planteada, se podría decir que tarda algo más de lo esperable en desentrañar el nudo inicial de los crímenes; pero todo es realista y mesurado, como para entretener, mantener el suspenso y poder volver a la lectura con la agradable esperanza de encontrar un texto que vale la pena continuar. En resumen, una novela policiaca que entretiene, enriquece con el conocimiento de unas tierras y unas actividades y culturas humanas diferentes y que, sin llegar a ser de antología, se podría decir que es digna de ser leída.
A.G.P. (España, 2015)