El autor, que es sacerdote Agustino Recoleto, tiene como objetivo promover la devoción al ángel custodio. Comienza con una breve consideración teológica sobre la verdad de fe de su existencia y dedica una gran parte de este breve libro a cuestiones prácticas. Se basa en la Sagrada Escritura, en la enseñanza de los Padres y en el Magisterio de la Iglesia. Incluye historias de santos que han recibido una especial ayuda de sus custodios y al final presenta testimonios variados muy elocuentes.
Los ángeles custodios son nuestros mejores amigos, nuestros hermanos mayores, que nos cuidan y defienden, que nunca nos abandonan. Nos acompañan desde nuestro nacimiento día y noche, hasta más allá de la muerte pues quieren hacernos felices en la tierra y en el cielo. Su custodia es como una extensión de la divina providencia. Por eso la relación personal de cada uno con el suyo ha de ser más íntima. Para ilustrar la fuerza de su ayuda hace la siguiente afirmación: “Ni todo el infierno junto, podrá hacerte daño, si lo invocas”.
Es una obra sencilla pero no por eso menos profunda. El estilo es ameno, interesante y muy piadoso. Su lectura meditada será provechosa para todos, de modo particular para los católicos que quieren crecer en vida interior.