
Es la traducción al español del original en italiano. El subtítulo del libro, Coloquio con Monseñor Fernando Ocáriz indica lo nuclear de esta breve obra. Se trata del diálogo de numerosos profesores y estudiosos con el actual Prelado del Opus Dei sobre el mensaje de san Josemaría que ha enseñado a santificar el trabajo, santificarse en el trabajo y santificar a los demás con el trabajo. El encuentro académico tuvo lugar en Roma en octubre de 2017 al final del Congreso Internacional, Un alma para el trabajo profesional.
Inicia con una nota del profesor Javier López Díaz sobre la visión cristiana del trabajo. Es una novedad extraordinariamente significativa en la historia y en la teología, donde existía una laguna a lo largo de los siglos. En el mundo judío hay una valoración positiva del trabajo basada en las palabras del Génesis. En cambio para la visión greco-romana el trabajo productivo es lo propio de los esclavos; el hombre libre gobierna y el filósofo se dedica a la contemplación de la verdad. La Encarnación inspira con una profunda luz, es Dios el que trabaja en la Creación y el hombre el que le da continuidad a su acción. Trabajar es algo divino, una actividad conforme a la dignidad del Hijo de Dios. El trabajo del cristiano puede hacerse trabajo de Dios, una tarea que mejora el mundo y hace que quien lo realiza crezca como hijo de Dios. Coopera en la obra de la Redención cuando ejercita el sacerdocio común en su trabajo y puede transformar su trabajo profesional y toda su jornada en una oración que es una misa. En el magisterio de Pío XI la santificación del trabajo tiene un significado todavía inicial. San Josemaría fue un precursor del Concilio Vaticano II. Más adelante san Juan Pablo II en la encíclica Laborem Exercens (1981) habla claramente de la santificación del trabajo y por último esta doctrina pasa a formar parte del Catecismo de la Iglesia católica (1992). Ya es así patrimonio común de los cristianos.
Ma. Aparecida Ferrari hace un comentario sobre el vídeo llamado El corazón del trabajo que se estrenó ese día. Sirve de contexto para los comentarios de monseñor Ocáriz a las enseñanzas de san Josemaría. Resalta la hondura del contenido que se combina con la sencillez de las palabras y la vivacidad con la que se expresa el fundador del Opus Dei. Se trata de fragmentos de tertulias con él alrededor de 1974. El conjunto es incisivo por la fuerza y la simplicidad características de su personalidad. Para santificar el trabajo hay que darle una motivación sobrenatural, el amor de Dios que siempre comporta el servicio a los demás.
El gran Canciller de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz responde a una serie de preguntas. Manifiesta que en el vídeo están presentes los elementos fundamentales del mensaje de san Josemaría. El esfuerzo por hacer bien el trabajo, con sentido profesional, el amor que se pone al hacerlo del que dependerá su importancia y el servicio a los demás.
Con motivo de una alusión al objeto del trabajo, monseñor Ocáriz explica que santidad significa pertenencia a Dios; cuando las cosas se ofrecen libremente a Dios, pasan a ser más de Dios. Siempre a través de Cristo, se trata de un ejercicio del sacerdocio común, un trabajo hecho en Cristo. La fuerza para santificar el trabajo procede fundamentalmente de la Eucaristía. La dimensión eclesiológica de la santificación del trabajo reside en la Comunión de los santos porque somos miembros del Cuerpo de Cristo que es la Iglesia. Santificar el trabajo equivale a santificar a toda la Iglesia.
La contemplación es posible en el trabajo intelectual cuando está motivado por el amor, pues la contemplación no es solo una actividad del intelecto sino una gracia de Dios que procede de la caridad. El quid divinum es principalmente descubrir en todo una expresión del amor de Dios por nosotros. Las cosas materiales dan gloria a Dios a través de nosotros. Para ayudar a entender esta doctrina el camino es la amistad personal que comparte quién es Dios para cada uno y sobre todo rezar por las personas a quienes les hablamos. Un campo muy importante hoy en día en el que hay que incidir es en el de la vinculación entre la Ética y la profesión.
Al final se ofrece una extensa bibliografía sobre la visión cristiana del trabajo y la santificación del trabajo profesional en las enseñanzas de san Josemaría.
Sobra decir que es una magnífica lectura ampliamente recomendable para profundizar en la santificación del trabajo en medio del mundo.