El libro tiene 8 capítulos y una entrevista final. Las fuentes son intervenciones, discursos, homilías, exhortaciones apostólicas y encíclicas del Romano Pontífice. El punto de partida para vivir la alegría es meditar que Dios es gozo y la misericordia es la manifestación más profunda de la felicidad de Dios y el núcleo del mensaje cristiano. Jesús es la sonrisa de Dios.
La alegría proviene de una esperanza concreta que nada ni nadie nos podrá arrebatar. Siempre tiene la última palabra. El deseo de compartir una sonrisa es el primer pequeño gran paso para vivirla, para renovarnos, para renacer. Procede también de la armonía profunda entre las personas y su fundamento es la presencia de Dios, su amor benévolo. El Señor quiere que cada uno comparta la alegría, un bello horizonte, nuevo y sorprendente. Esta alegría se convierte en solidaridad, hospitalidad y misericordia para todos porque nace de la gratuidad del encuentro. “Sonreír es acariciar con el corazón”.
La alegría de Dios consiste en perdonar y cambiarnos la vida. Los santos son verdaderamente felices, el mal humor no es signo de santidad; un cristiano no puede vivir quejándose, con cara de amargura ni de funeral. En la entrevista final que le hacen en este libro el Papa dice que la suya es una felicidad sosegada. Una paz interior, una felicidad que llega también con la edad. Es una gracia de Dios y no mérito propio. Concluye sugiriendo que para regalar una sonrisa en todo momento, nos apoyemos en la oración. Sobra decir que es ampliamente recomendable para leer y meditar despacio.