
"La obvia intención de este libro —así finaliza la autora, a sus 94 años, esta autobiografía parcial- fue siempre reunir, con la emoción y nostalgia de todos los finales, los rastros aún luminosos de un pasado, los seres queridos que ya no están y los amigos que lo siguen siendo".
Memorias de la escritora Ida Vitale, interrumpidas por el fallecimiento de su esposo, en las que hace un retrato costumbrista de toda una época, en una prosa muy característica, entrecortada, con elusiones que, sin embargo, asoman en virtud de la fuerza poética del contexto: un modo de escribir aparentemente sencillo pero con estructura de mosaico, sobre la base de elementos coloridos aparentemente aislados, pero expresivos de un conjunto lleno de vida. Las referencias al mundo intelectual de la época se decantan en favor de escritores de izquierdas, pero ninguna de ellas se convierte en propaganda ideológica. Lectura interesante, recomendable en fondo y forma.
Ida Vitale nació en Montevideo, donde fue docente de literatura hasta los años setenta. Las adversidades políticas la obligaron a exiliarse. Primeramente residió en México (1974-1984) con su marido, el poeta y profesor Enrique Fierro, y ahora, una vez fallecido este, vive de nuevo (2018) en Montevideo. Su obra poética ha recibido numerosos reconocimientos internacionales —entre otros, el Premio Nacional del Uruguay, el Premio Octavio Paz o los Premios Reina Sofía y Cervantes, en España— y se la considera una de las poetas centrales del grupo de escritores de la “generación del 45”.