Ser ejemplo

[Ser ejemplo]
Año: 
2022
Género: 
Público: 
Editorial: 
Eunsa
Ciudad: 
Pamplona
Año de publicación: 
2022
Páginas: 
176
Valoración moral: 
Género: Pensamiento
Sin inconvenientes.
Requiere conocimientos generales en la materia.
Lectores con formación específica en el tema.
Presenta errores doctrinales de cierta entidad.
El planteamiento general o sus tesis centrales son ambiguos o se oponen a las enseñanzas de la Iglesia.
La obra es incompatible con la doctrina católica.
Calidad literaria: 
Recomendable: 
Transmite valores: 
Contenido sexual: 
Contenido violento: 
Lenguaje vulgar u obsceno: 
Ideas contrarias a la doctrina de la Iglesia: 
La calificación de las distintas categorías proviene de la opinión de los colaboradores de Delibris

Es un libro de liderazgo humanista. El “ejemplo” es el corazón de este estilo de dirección que hace los procesos más eficientes y a las personas mejores y más felices. Como indica el subtítulo, los Pequeños grandes líderes son aquellos cuyas acciones invitan a otros a soñar más, a aprender más, a hacer más y a ser mejores. Ser ejemplo es algo que el líder no puede olvidar nunca. Este ensayo tiene un enfoque práctico y realista. Es ameno e incluye sencillos ejercicios para replantearse el modo de enfrentarse a la existencia diaria no solo en la profesión, sino también en familia y con los amigos. 

Las tres dimensiones de un buen liderazgo son el afecto, el re-conocimiento y la actitud positiva. Hoy más que nunca se necesitan líderes que vivan y gestionen sobre la base de los valores, que sean ejemplo de actitudes, con un sentido trascendente de la vida y una riqueza interior que consiga sacar lo mejor de las personas. Para lograrlo el líder ha de ser humilde y muy humano. Así incitará a los demás a ser gente buena -competencial profesional- y buena gente -calidad ética y moral-. 

Este liderazgo ejemplar llega hasta el centro de las otras personas y lo hace con sencillez y grandeza. Contribuye de modo más constructivo a la creación de contextos de relaciones humanas más cálidos, inspiradores, emocionalmente seguros y proclives a que quepa el amor inteligente. Ese compromiso exige perseverancia e insistencia en los pequeños actos de cada día. Se trata de ser más y parecer menos. Se entiende porqué se dice que la excelencia no es un acto sino un hábito. 

Las personas positivas se enfrentan a los acontecimientos cotidianos con mejor disposición, tienen una vida más plena, gozan de mejor salud, tienen relaciones sociales más enriquecedoras, desempeñan sus trabajos con mejores resultados y viven con mayor alegría. Desarrollar una mentalidad positiva requiere llevar a cabo el ejercicio de filtrar las perspectivas negativas, pesimistas y desalentadoras que se han adquirido y que son muy limitantes. Se trata de entrenar la habilidad de interpretar los acontecimientos de manera distinta. El auténtico pensamiento positivo, el que transmite confianza y optimismo, está grabado en la naturaleza humana y procede del corazón. 

El coraje ante la adversidad incluye tres elementos: convicción, esperanza y acción. Uno de los motores más importantes para conseguir los proyectos es amarse a sí mismo, amar el proceso y amar para quien se hace. La humildad en este plano se refiere a la aceptación de la verdad sobre uno mismo, tanto los aspectos positivos como los más sombríos: defectos, carencias, complejos y debilidades. 

Los valores humanos tienen un papel fundamental para impregnar de rectitud todas las acciones y el comportamiento. Los tres elementos de lo que se denomina amor inteligente son la aceptación, la ayuda a la mejora y la generosidad. En el fondo se trata de entregarnos a nuestro entorno según la escala de valores que tantas veces reclamamos. Se proponen catorce valores combinados a modo de pirámide a escalar. En el primer nivel están la honestidad, honradez y coherencia. En el segundo, el compromiso, lealtad y paciencia. En el tercero, la generosidad y aceptación; en el cuarto nivel la humildad y justicia; ascendiendo al quinto nivel, la confianza y coraje; en el sexto la responsabilidad y en la cúspide, la libertad. 

El ego es enemigo directo de los valores humanos, pues se los salta y los corrompe para poder existir. Es el espejismo que uno tiene de sí mismo por creer que es grandioso cuando en verdad es frágil y arrastra inseguridades, debilidades e incoherencias. Contra él combate la humildad que es el reconocimiento de la verdad sobre uno mismo y la aceptación valiente de esa verdad. La persona humilde está en paz consigo mismo y transmite esa paz. Es magnánima, de una pieza, sin dobleces. Está siempre dispuesta a ayudar a los demás y nunca compite con ellos. Solo compite consigo misma para mejorar todo lo posible. Eso le permite vivir en un estado estable de serenidad, de ilusión y de alegría. Los venenos de la soberbia son el rencor y el resentimiento. Los antídotos son el olvido y el perdón. 

Convertirse en un pequeño gran líder es una tarea que lleva toda la vida y que requiere un compromiso continuado. Recomiendo ampliamente esta lectura. De modo especial a las personas que dirigen a otros, a los empresarios, a los influencers, y a todo el que quiera inspirar a otros con su ejemplo de vida coherente y magnánima.

Autor: Marcela Navarro Hernández, México
Fecha de actualización: Dic 2022