
Libro de ficción, con carácter escatológico. El autor imagina el mundo después de un siglo, si es que se mantienen las tendencias de la humanidad del momento en el que escribe Benson (principios del siglo XX). En este mundo, la Iglesia apenas sobrevive: los hombres se van volviendo uniformes, se van aboliendo todas las diferencias y se establecen leyes solo para asegurar la conveniencia. El hombre se declara a sí mismo Dios, y busca borrar toda referencia a lo trascendente o sobrenatural.
Un político sagaz es elegido para ser rey y señor de todas las naciones, imponiendo la aniquilación de los creyentes y de la Iglesia. Después de la destrucción de Roma (las otras creencias habían desparecido ya) un último Papa conduce a los pocos creyentes hasta la última batalla, en la que llegará el fin del mundo. En estas páginas el autor quiere mostrar hasta dónde puede llevar la mentalidad materialista y atea.