
Salvador Canals conoció el Opus Dei a través de Francisco Ponz, que le habló de la posibilidad de buscar la santidad en medio del mundo. Aquel mismo día conoció a san Josemaría Escrivá de Balaguer y al llegar por la noche a casa contó a sus padres que había descubierto qué quería Dios de él. Pidió la admisión en la Obra poco después y en 1942, con 21 años y la carrera de Derecho recién terminada, se estableció en Roma para especializarse en Derecho Mercantil. Con él viajó José Orlandis, otro de los primeros fieles de la Obra. Las peripecias de ambos en aquella Roma en guerra guardan una relación muy estrecha con el itinerario jurídico del Opus Dei, que en esos años obtuvo su primera aprobación pontificia.
Alfredo Méndiz relata los pormenores del recorrido con rigor y hasta cierta tensión narrativa. Canals y Orlandis tuviero ocasión de explicar a Pío XII en qué consistía el Opus Dei con ocasión de una audiencia, en enero de 1943. Ordenado sacerdote en 1948, Salvador Canals participará activamente del desarollo de la Obra en Italia. Empezó además a trabajar en la Curia romana, donde llegó a ser juez del tribunal de la Rota. Participó también en el Concilio Vaticano II. Dejó una huella profunda de ayuda y amistad en numerosas personas, fruto de su trabajo sacerdotal. Murió en 1975. Muchas personas le recuerdan por su libro Ascética meditada, breve libro de espiritualidad, una verdadera perla que se ha transformado en un clásico.