El autor, catedrático de salud pública, tiene una brillante trayectoria profesional.
Presenta en este libro los factores de riesgo más graves para la juventud en particular y la sociedad en general. La presión a la que está sometida la población es difícil de resistir; por eso hace una llamada a ser salmones, ir contra corriente en una sociedad en la que, usando un ejemplo suyo, no es posible hacer de pirómano por la mañana y de bombero por la tarde.
En varios temas abordados hay muchos intereses económicos en sus promotores. El autor habla con delicadeza, pero con claridad sobre lo que trata; señala los índices de adicciones, las costumbres que van en contra de la salud pública y que, antes o después, afectan las personas. Es cierto que no todos lo hacen por dinero; algunos, con una visión antropológica reduccionista no ven posible evitar conductas de riesgo. La campaña para evitar el consumo de tabaco es un ejemplo de lo mucho que se puede lograr cuando se ponen los medios. Si la naturaleza contradice a la ideología, quizá sea preciso plantearse el fundamento de esas ideas.
El autor se dirige al gran público, pero de modo especial a los jóvenes, para que sufran las consecuencias de un ambiente con abundantes gérmenes nocivos. Estamos en una sociedad enferma, sin recursos para afrontar los retos que el permitirían recuperar la salud. El autor lleva muchos años trabajando en este campo y sabe de lo que habla. Señala como una familia unida, en la que se viven por convicción valores que van contracorriente, de modo amable pero firme, es un dique para no ser arrastrado por un entorno en el que parece que las hormonas y las pantallas son los protagonistas principales.
El ser humano busca amar y ser amado; mientras no lo logra puede buscar la fuente de ese amor o zambullirse en los placeres cortoplacistas que le ofrece la sociedad actual. No será fácil llegar a generar entornos en donde no se precise ser heroicos en la forma de vida.
Pero para plantearse actuar como el salmón, contra corriente, es preciso tener convicciones fuertes o un amor valioso que encontrar en las fuerte del río. Conocer la realidad es esencial para ser conscientes de la importancia del reto, aunque el camino requiera esfuerzo. Vale la pena si la meta es valiosa. Negar las dimensiones y áreas de contaminación es una forma de engañarse; limitarse a saberlo pero sin cambiar algún hábito y ayudar a cambiar a quien desea hacerlo sería una respuesta pobre. Es posible llevar una vida diferente a la ofrecida por medios de comunicación. Es de agradecer la valentía que supone publicar este libro. Cada uno sabe que debiera cambiar en sus pautas de vida para llevar una vida sana.
El autor, como profesional de la salud pública, no se queda en registrar los de datos, sino que busca las fuentes para poder poner el remedio en el origen. Los especialistas saben que la prevención es parte esencial para evitar la difusión a gran escala de lo que degenera la salud pública, que está compuesta de respuestas individuales. La salud pública, en parte, es resultado de la suma de vidas saludables.