Escritos durante las misiones diplomáticas de Paul Claudel en China entre 1895 y 1905, este libor de poemas en prosa es el testimonio de su búsqueda estilística y del enfoque espiritual y poético.

A través de estos poemas en prosa, el autor «conoce» el Oriente donde se encuentra y describe la cultura china para hacerla suya: jardines, teatro, ideogramas, árboles, animales, paisajes... Cada ser o espectáculo contemplado es descifrado como un signo por el viajero deslumbrado, que vincula su existencia a la del mundo.

A través del movimiento, ya sea a pie o en una embarcación fluvial, la acción es totalmente contemplativa. De este modo, cada elemento trasciende su carácter anecdótico, haciendo de este libro una obra fundamental de la poesía del siglo XX.