
El objetivo del libro es presentar a veinte personajes que buscan la verdad en el arte, la poesía o la filosofía, y que en el fondo están buscando a Dios. Son -como señala el título- pensadores de frontera, porque tienden puentes y abren caminos que ayudan a pensar más y quizá a acercarnos a Dios. Aspira a ser una invitación a repensar más a fondo la fe en el horizonte cultural de nuestro tiempo, para poder acogerla más plenamente e intentar vivirla más fielmente.
El motivo para escribirlo fueron las palabras de san Juan Pablo II en la facultad de Derecho de la Universidad Complutense el 3 de noviembre de 1982, que han marcado el lema de Nubiola como profesor universitario, y que urgían a una valiente y renovada síntesis entre la cultura y la fe. La frase final del discurso es elocuente: “Ojalá que, en vuestro deber bien cumplido, en vuestro servicio a la humanidad, encontréis esa Verdad total, que da sentido pleno al hombre y a la creación. Esa Verdad que es el horizonte último de vuestra búsqueda”.
En cada capítulo presenta a un pensador o a una pensadora del pasado reciente cuya lectura le ha interpelado y que le parece del todo relevante para seguir pensando hoy. Son exposiciones breves, que sobre todo, invitan a leer directamente los textos del autor abordado en cada caso para aprender qué nos dicen hoy a cada uno de sus lectores. Los veinte autores son conocidos. Se exponen por orden alfabético de los apellidos. En esta reseña solo señalaré algunos, quizá no los más importantes sino los que me parecen de interés para hacer reflexionar a un público no especializado en la filosofía.
Elizabeth Anscombe (1919-2001) es quizá la más grande de las filósofas angloamericanas del siglo XX. Conversa al catolicismo a los 21 años, no sólo fue una filósofa brillante y original sino que toda su vida fue un excepcional ejemplo de mujer fuerte que siempre está en la brecha en defensa de la humanidad. Fue una de las más fieles discípulas de Wittgenstein. Mostraba su convicción en la capacidad de la palabra para lograr una verdadera comunicación.
Hannah Arendt (1906-75) era una mujer de fe, no al modo tradicional. Tenía fe en la razón, en la humanidad, en el mundo. Reflexionó mucho sobre su experiencia vital en Alemania y en Estados Unidos. Es conocida su tesis sobre la banalidad del mal. El mal no tiene profundidad, y -de ordinario- no proviene del cálculo sino precisamente de la falta de reflexión, de la superficialidad. Recupera la confianza en el hombre como un ser que puede hacer el mal sin por ello ser pura maldad, dejando una puerta abierta a la redención, a la esperanza de que cuando el hombre se comporta como tal, no se convierte en un demonio. No es el pensamiento el que lleva al mal, sino más bien el no usarlo puede llevarnos a cometer crímenes horribles -está pensando en la Alemania nazi-. Su visión es esperanzadora porque confía en algo que está más allá del ser humano, deja espacio al misterio. Lo que hace en sus escritos, es preparar el terreno para que quepa Dios.
Dorothy Day (1897-1980) es un personaje fascinante por su íntima unión con Dios y por su compromiso con los más necesitados. En el movimiento del Catholic Worker se combinaban su celo por reformar por entero la sociedad con su preocupación práctica por ayudar singularmente a cada una de las personas pobres. El lema de su vida es el amor. Es la única solución para la soledad, y el amor llega con la comunidad.
Etty Hillesum (1914-1943) fue una joven brillante e intensa, apasionada por la lectura y la filosofía. En el campo de concentración de tránsito al este de Holanda sufrió un tremendo cambio: descubrió una tierna y confiada relación con Dios, a la vez que encontró sentido a su vida, que antes había sido llevada en gran medida por depresiones y desequilibrios emocionales. Logra reconocer sencillamente sus limitaciones. En el infierno de un campo de concentración Etty fue una luz que dedicó sus últimos meses a cuidar de los débiles, de los enfermos, de su familia, y a escribir cartas a sus amigos. En aquel lugar encontró una fuente de sentido.
Antonio Machado (1875-1939) afirma que nunca ha dudado de la divinidad de Cristo. Sus postulados están despreocupados del Magisterio y de la Tradición de la Iglesia. Su fe, su fondo religioso, tiene tanta relevancia pública que es clave para la prosperidad de cualquier sociedad. Dios es la fuerza amorosa, capaz de unir los corazones. Machado consideraba que la Iglesia tenía amordazado al Cristo amoroso. Lo que en realidad critica es el clericalismo español con el que se encontró durante su vida.
Alasdair MacIntyre (1929- ) es uno de los filósofos católicos más conocidos y leídos del mundo. Con Newman alza su voz en favor de una genuina formación universitaria. Procede del marxismo y es un converso a la filosofía de santo Tomás y al cristianismo. Es un valiente pensador de frontera que no deja a nadie indiferente, que da mucho que pensar. Mientras haya universitarios cabales, con inteligencia y corazón grandes, habrá esperanza.
Simone Weil (1909-1943) fue una filósofa francesa, mística cristiana y activista política. Su vida estuvo marcada por la compasión por el sufrimiento de los demás. En sus últimos años participaba en la Misa todos los domingos y frecuentemente entre semana. Sentía una pena enorme cuando no podía participar de los sacramentos. Tenía algunas dificultades doctrinales, como por ejemplo, no podía aceptar la existencia del limbo. Faltaban todavía 20 años para que el Concilio Vaticano II que vino a eliminar el limbo de los catecismos. Weil afirma que en todo lo que suscita en nosotros el sentimiento de la auténtica belleza está la presencia de Dios.
Otros pensadores de frontera que menciona el autor son: Albert Camus, Fiódor Dostoievski, Vincent van Gogh, Franz Kafka, Imre Kertész, Gertrud von Le Fort, C. S. Lewis, Charles Peirce, Hilary Putnam, Ranier Maria Rilke, Henry D. Thoreau, Ludwig Wittgenstein y María Zambrano.
El libro es claro, sencillo de entender. Recomiendo ampliamente su lectura para aprender a pensar en profundidad, para crecer en el conocimiento de la cultura cristiana y de los caminos tan diversos que existen para buscar la Verdad que es Dios.