El objetivo del libro es mostrar un ejercicio de contemplación entre los muchos que puede haber: se trata de sumergirse en Dios con cada uno de los cinco sentidos corporales que son otras ventanas para conocerle y amarle. Con la ayuda del Espíritu Santo y con una capacitación se logra advertir la presencia y el mensaje del Verbo en la realidad creada. Se pueden ejercitar los sentidos para que sean más finos y descubran a Cristo.
Es un modo de penetrar en el sentido de los signos. Las cosas pueden ser vistas de nuevo, oídas, tocadas, saboreadas, olidas para captarlas en toda la potencia expresiva de su misterio oculto. Hay dos requisitos indispensables: el asombro y la gratitud. El estilo del libro es sencillo, directo, claro, profundo, piadoso, con muchos ejemplos. Es una ayuda para crecer en presencia de Dios y vida contemplativa.