
La novela Un mundo feliz (Brave New Word) que Huxley escribió en 1932, constituyó como una utopía negativa, un fantasía científica y un cuadro de truculencias. A menos de tres décadas de su publicación, su autor advirtió con amargura que muchas de sus imaginadas pesadillas se convertían en penosas realidades con sorprendente rapidez. Poderosas fuerzas impersonales empujan a la sociedad hacia un totalitarismo inhumano. Huxley entiende que debe iniciarse sin demora la educación para la libertad. No está seguro de que ésta triunfe, pero estima que luchar por ella es deber de todo hombre conciente de su dignidad. De este empeño nace esta nueva obra de Huxley, Nueva visita a un mundo feliz (Brave New Word Revisited).
El libro, más que una novela, constituye un ensayo que contiene reflexiones muy pesimistas sobre el futuro de la sociedad. Lamentablemente, Huxley parece dejar de lado la aportación del cristianismo en la defensa de la dignidad más profunda del hombre. Sin Dios, sin un fundamento sobrenatural del destino del hombre y de su libertad, difícilmente aparecerán un horizonte esperanzador ante el drama planteado por Huxley.
M.L. (Puerto Rico, 2016)