
Se trata de una crónica magistral que explica cómo se introduce y se consolida el Nazismo en Alemania a través de un salón literario, concretamente el del matrimonio Bruckmann, primero en Múnich y luego en Berlín. Por allí pasa la flor y nata de la intelectualidad alemana desde finales del siglo XIX hasta mediados de la II Guerra Mundial. Se atisba con este libro a entender cómo los alemanes pudieron seguir a Hitler. Se trata de un puchero de Nietzsche, de Schopenhauer, de Chamberlain (no confundir con Neville Chamberlain). Se propugna el germanismo a ultranza, la guerra como virtud, el razismo antisemita (los judíos no son alemanes) y como remate, la catástrofe de Versalles, la teoría del caudillaje y un vagabundo que habla muy bien y que encarna todas esas ideas y con su retórica seduce a todos. Lástima que ese vagabundo austríaco fuera un paranoico sanguinario.
J.H. (España, 2016)