
«El lector tiene en sus manos un libro de meditaciones: las que expuso el entonces cardenal Wojtyla en los ejercicios espirituales que predicó al papa Pablo VI y a los prelados de la Curia romana en la Cuaresma de 1976. Pero el interés de estas páginas rebasa la circunstancia que les dio origen: alcanza a todo creyente que busca alimento del alma y se esfuerza por encarnar en su vida la fe y la esperanza cristianas, y llega además a cuantos desean sinceramente -incluso desde las fronteras de la duda o de la negación- descubrir a Dios en el mundo, en la historia y en su propia existencia.
Desde el principio, el hilo conductor de estas meditaciones es el misterio de Cristo como «signo de contradicción». En el sentido radical de esta contradicción -hoy tal vez más fuerte que nunca- encontramos resumida la entera verdad sobre Jesucristo, sobre su misión redentora y su Iglesia. A la luz de estas palabras, nos introduce el autor en el ámbito de una contemplación cordial del plan de Dios sobre el mundo -creación y alianza, idea central de la Biblia-, en cuyo marco alcanza plena explicación la dimensión más profunda del misterio del hombre.
El lector descubrirá también en estas páginas una interpretación viva del concilio Vaticano II, cuyo pensamiento anima y orienta todas y cada una de las reflexiones que integran estos ejercicios espirituales. Con exquisita sensibilidad pastoral, Karol Wojtyla conjuga en esta interpretación una apasionada fidelidad a la tradición de la Iglesia con una comprensión abierta y profunda de los problemas del mundo contemporáneo.»
«Karol Wojtyla nació en Wadowice, diócesis de Cracovia, el 18 de mayo de 1920. Terminados los primeros estudios, cursó Literatura en la Universidad de Cracovia. Durante la segunda guerra mundial trabajó cuatro años como obrero, primero en unas canteras y después en la fábrica «Solvay. Durante este tiempo seguía ocultamente los estudios de Teología por haber sido cerrado el seminario de Cracovia en el que había ingresado en 1942.
Recibió la ordenación sacerdotal el 1 de noviembre de 1946. En el Angelicum, de Roma, obtuvo en 1948 el doctorado en Teología con una tesis sobre San Juan de la Cruz. De regreso a su patria, fue nombrado vicario cooperador, consiliario de los estudiantes universitarios y profesor de Etica en la Universidad Católica de Lublín y en la Facultad de Teología de Cracovia.
Colaborador del cardenal Wyszynski, Pío XII le consagró, en 1958, obispo titular de Ombi. En 1964 fue promovido al Arzobispado de Cracovia por Pablo VI, quien, en el consistorio del 26 de junio de 1967, le creó cardenal.
Desarrolló una intensa actividad en el concilio Vaticano II y en todas las Asambleas del Sínodo de los Obispos.
Vicepresidente de la Conferencia Episcopal Polaca y presidente de las comisiones episcopales de Estudios Eclesiásticos y del Apostolado de los Laicos.
Numerosos escritos, obras científicas y artículos doctrinales respaldan su actividad pastoral, cultural y docente.
En la tarde del 16 de octubre de 1978, Karol Wojtyla fue llamado a suceder a Juan Pablo I para gobernar como Sumo Pontífice la nave de la Iglesia universal.»