
Stefan Zweig escribió este libro en Salzburgo en 1927, poco después de la Primera Guerra Mundial. Sus pasajes están narrados con gran viveza, realismo y pasión, de manera que el lector tiene la sensación de estar presente en los acontecimientos descritos. Su estilo claro e inteligible atrapa al lector y lo sumerge en la lectura.
En el prólogo, el propio Zweig explica que la obra recoge catorce momentos históricos clave en el mundo occidental. Estos instantes decisivos, a menudo marcados por la creatividad o por actos de valentía —o incluso de imprudencia—, pasaron desapercibidos para sus contemporáneos, aunque con el tiempo se revelaron fundamentales.
Para comprender mejor la visión del autor, es importante considerar algunos aspectos de su personalidad y pensamiento. Zweig era un escritor de gran agudeza intelectual, influenciado por figuras como Dostoievski. Como austriaco, escribía en alemán y admiraba a autores como Goethe. Además, era un ferviente europeísta, como lo demuestra su interés por personajes y eventos clave de la historia de Europa, desde Cicerón hasta la caída de Bizancio. Su pacifismo, reflejado en su valoración de figuras como el presidente estadounidense Woodrow Wilson, también marcó su obra.
El estallido de la Segunda Guerra Mundial fue devastador para Zweig, quien, debido a su origen judío, se vio obligado a huir de Austria. Se nacionalizó en Gran Bretaña, pero finalmente se exilió en Brasil, donde puso fin a su vida. Este libro, publicado en 1927, concluye con los acuerdos de Versalles, dejando entrever la posibilidad de un nuevo conflicto en Europa.
Stefan Zweig (1881-1942) fue uno de los escritores más versátiles y leídos de la primera mitad del siglo XX. Sin embargo, en 1934 sus obras fueron prohibidas en Alemania. Durante la Primera Guerra Mundial, se trasladó a Zúrich y se unió a los movimientos pacifistas. A lo largo de su carrera, incursionó en distintos géneros literarios, destacándose especialmente como novelista, biógrafo y ensayista. Su maestría narrativa, su habilidad para describir sentimientos con delicadeza y la elegancia de su estilo lo convierten en un narrador fascinante.