
En el otoño previo a la Gran Guerra, un terrateniente organiza una cacería en sus tierras como solía ser habitual. A ella están invitados, además de su familia, miembros destacados de la aristocracia británica con sus esposas, así como algunos personajes europeos. El numeroso servicio atiende a los invitados y la gente del entorno rural participa en las tareas complementarias de la caza. Observando y reflexionando sobre cuanto le rodea, el propietario (que ya está arruinado) es consciente de que la aristocracia rural está a las puertas de su desaparición pero no parece darse cuenta de todos los problemas. La autora pone el acento en cómo este grupo social es el causante de su propia destrucción pues sigue creyendo en un mundo idílico, superficial, de riqueza y de apariencia. Toda la novela se articula en torno al desarrollo de la partida de caza descrita minuciosamente y a través de los vivos diálogos entre los personajes se presentan sus caracteres, rasgos físicos, intereses, intrigas amorosas, contrastes sociales, costumbres, convencionalismos… Hay un contrapunto de los nuevos tiempos en un personaje que trata de convencer al responsable de la jornada de caza de que se deben respetar los derechos de los animales. A propósito de esto, también se mencionan nuevas corrientes de pensamiento como la aspiración al sufragio universal, los derechos de los trabajadores, etc. Sabemos que todo este ambiente y costumbres quedaron barridos por la Primera guerra mundial y de ahí el interés del libro pues en esencia es un retablo de quienes formaban la aristocracia y sus costumbres del final del siglo XIX e inicio del siglo XX en Gran Bretaña. Isabel Colegate (1931) pertenece a la alta sociedad inglesa y forma parte de la “Royal Society of Literature”. Esta novela es una de sus obras más destacadas, fue llevada al cine en 1985.