
He aquí uno de los más grandes poemas épicos de todos los tiempos: Odisea, escrito por Homero en el siglo VIII a.C. En él se narra el regreso del héroe, Odiseo, a su patria, Ítaca, después de la conquista de Troya. Perdido en el mar, Odiseo deberá superar los obstáculos que le han preparado los dioses. ¿Regresará a su hogar con Penélope, su fiel esposa, y su hijo Telémaco? ¿Volverá a ver su amada Ítaca? Aprovechando su larga ausencia, los aspirantes al trono dominan su reino ajenos a la futura venganza del rey. Diez años durará la travesía de nuestro héroe junto a sus compañeros, en la que deberán sortear todo tipo de peligros y dificultades.
Compuesta como la Ilíada en hexámetros, recoge numerosos cuentos populares y leyendas que, adaptadas, se integran en la epopeya. De este modo, mientras que en la Ilíada el tema central, la cólera de Aquiles, va avanzando inexorablemente, verso a verso, desde su planteamiento hasta su desenlace, en Odisea el regreso del héroe es narrado, con arte magistral, sin recelar de las vueltas atrás o de las digresiones, porque el objetivo supremo es lograr mayor gozo en la narración de bellas historias. Todo ello se logra, además, sin que merme en absoluto la cohesión que mantiene unidos sus episodios.