Kya es una niña que vive en las marismas. Abandonada por su madre y hermanos desde los seis años, crece sola en una cabaña. Sus amigos son las aves de las marismas. La trama tiene mucho atractivo, es un gran canto a la naturaleza. Kya crece sintiéndose abandonada, cosa que ratifica durante sus primeros fracasos sentimentales. Cuando aparece muerto en el pantano Chase, uno de sus amigos, todo el pueblo empieza a sospechar de ella.
Por sus duras circunstancias, Kya aprende a manejarse en sus relaciones humanas fijándose en cómo lo hacen los animales, y en cierto modo parece que la autora lo aprueba, como si los hombres no fuéramos más que animales evolucionados. Que sí lo somos, pero no sólo eso. La autora se recrea excesivamente en el descubrimiento de su sexualidad, y hay un par de escenas excesivamente explícitas.