
Segunda novela de la autora norteamericana de la serie juvenil de cuatro tomos. Redactado también en primera persona. La trama contiene más suspense y acción que la novela anterior al descubrir la fragilidad de la sociedad artificial en la que viven. Hay algo más de violencia que en la primera novela. En ningún caso se llega al sadismo; muchas escenas suelen desarrollarse dentro de una simulación virtual, por efecto de un suero que actúa en el cerebro. Hay una descripción sensual al principio del libro. Vuelven a plantearse cuestiones morales y trascendentes: sentido del sacrificio, qué hay más allá de la muerte, en qué se basa la confianza en las personas, importancia de la familia. Las respuestas son pragmáticas. La religión en la antigua facción de la protagonista recuerda al catolicismo (habla del crucificado). Las creencias están presentes, y se sigue recurriendo a Dios en momentos límite.
L.F.L. (España, 2015)