
Mike Mccormack nació en Londres en 1965 y creció en una granja irlandesa, graduándose en Inglés y Filosofía por la universidad de Galway. Sus 240 páginas constituyen todo un monólogo interior del protagonista principal y narrador Marcus Conway. Es un monólogo intimista, reflexivo donde a lo largo de una hora, hace un balance de lo que ha sido su vida hasta el momento. Sus pensamientos de dirigen fundamentalmente a su esposa Mairead y a sus hijos Agnes y Darragh. Aunque no hay ningun drama, Marcus sí se va dando cuenta de sus errores. Un par de citas del libro para comprender qué estilo tiene:
"Marcus está sentado ante la mesa de la cocina -como indica la contraportada- con un sandwich y un vaso de leche; está leyendo el periódico y oyendo la radio. No hay nadie más en casa. Estamos en Louisburgh, Irlanda, el 2 de noviembre, día de los fieles difuntos, y a mediodía las campanas de la Iglesia tocan el Angelus. Esas campanadas desatan el vértigo de la memoria, y a la mente de Marcus acuden los conflictos no resueltos, las heridas, las contradicciones del amor: la esposa a la que ama y a quien sin embargo has traicionado; el hijo lejano; la hija artista a la que quizá decepcionó. Se ve como hijo, como esposo, como padre, como el ingeniero civil que es"
“Pienso que el mundo es fascinante y absurdo, que estamos asistiendo a una crisis moral sin precedentes, a un desmoronamiento y declive social. Él, de momento, ha vivido 25 años en esta casa y ha formado una familia. Su mente divaga, y hasta que llegue mi mujer a las cuatro, leo el periódico y escucho la radio. Su hijo le compra los periódicos: crisis económicas, catástrofes, guerras. Piensa en temas religiosos, infierno, oración, penitencia; cuestiones ecológicas. Estábamos tan ciegos ante el mundo que se tambaleaba que nunca nos paramos a reconsiderar lo que deberíamos hacer. Hay una grave contaminación del agua de la ciudad y se culpa a un descuido de los ingenieros…. Mi esposa es religiosa: dice que no le tiene miedo a la muerte, estoy en paz con Dios y tampoco me da miedo conocerle”.
La estructura es audaz, pues no aparece ningún punto, y toda la lectura es seguida. De todas formas, se lee con comodidad. Es una obra muy interesante y el autor va introduciendo consideraciones sabrosas. Hay algún pequeño detalle sensual, pero en conjunto es positiva y recomendable.