
El presente relato, en sus 70 apretadas páginas, tiene porte de novela breve. Conrad nos describe la rivalidad que surge entre el anónimo protagonista (joven capitán inglés que espera para zarpar a que los estibadores terminen su tarea) y Falk, el único práctico del que se dispone en un puerto fluvial. Falk abusa de su posición de fuerza para faltar a la palabra dada al capitán, favoreciendo a otro buque, el Diana, sencillamente porque en el Diana navega la chica con la que quiere casarse. Conrad describe morosamente el ambiente, la situación psicológica de todos los implicados e incluso se permite la floritura de que la omnipresente enamorada no pronuncie una sola palabra. Todo termina con un suave golpe de humor, sobre la frecuencia con la que determinados acontecimientos pasan por realmente sucedidos, en base a simples apariencias.
La historia de Falk aporta una buena lección moral: la audacia del capitán inglés de tender una mano amiga a su antagonista, con lo cual invierte el curso de la acción, que así no desembocará en tragedia. Esa amistad naciente favorece además el que Falk se sincere y supere sus remordimientos acerca de un presunto canibalismo en el que teme haber incidido.
F.J. (España, 2017)