"Creo que todavía estoy evolucionando de animal a hombre", esta frase del protagonista condensa la situación: control absoluto en una prisión donde el hombre deja de ser hombre. No es un campo de concentración Nazi, sino que estamos ante el "Campo 14" en Corea del Norte, una incierta realidad con la que convivimos actualmente un tanto indiferentes; Shin Dong Hyuk nos relata una historia inimaginable, vivencias de un hombre nacido en la cautividad, sin origen, confundido tras convivir con las crueldades más atroces. Ha logrado escapar y nos cuenta su historia: nos adentra en el infierno y, tras dosis necesarias y reales de crueldad, nos humaniza en cada capítulo. Quizás no estemos tan lejos: al leer nos identificaremos con esa evolución de lo animal a lo humano sabiéndonos indiferentes de una posible realidad en nuestro mundo actual. La lectura es bastante cruda sin que se sienta innecesario. Presenta pasajes muy violentos, los episodios de violaciones no aparecen narrados ni con detalle y son pocos, son solamente mencionados como parte de las atrocidades.
J.O. (España, 2017)
Narra la historia de Shin Dong-Hyuk, que nació en un Campo de Concentración en Corea del Norte, y vivió allí hasta los 23 años. Cuenta cómo fue víctima de la violencia, la tortura, los castigos, y cómo fue testigo de muchas ejecuciones y abusos. Por ejemplo, narra cómo le cortaron el dedo arrancado como castigo por romper accidentalmente una máquina de coser; también describe cómo tanto adultos y niños eran golpeados a diario; y cómo morían a causa del hambre, la enfermedad, la tortura o los accidentes. Entre otros testimonios duros, narra cómo, cuando tenía 12 años, vio su madre siendo agredida sexualmente por un guardia. Al final, también cuenta que después de haber salido del campo sigue sufriendo a causa de los sufrimientos pasados, y cómo eso lo ha llevado a preocuparse de la educación de las personas libres.
A.G. (Brasil, 2016)