
Primer libro del que sería uno de los más famosos detectives de todos los tiempos, prototipo de los que vinieron a continuación. Las novelas que tienen como protagonista a Sherlock Holmes se sitúan en un género policiaco, en el que se mezcla la investigación, el suspenso e incluso algo de fantasía sobrenatural. Nuestro protagonista siempre estudia los misterios que parecen imposibles, encontrando la lógica donde parecía no haberla. En este, su primer caso, aparece una persona muerta en Londres, que parece ser un asesinato como cualquier otro, pero en realidad sus orígenes están conectados con los mormones y personajes de esta denominación que viven en Estados Unidos. En toda la investigación lo acompañará el doctor Watson, que es el narrador de la historia.