En el mar hay cocodrilos

[Nel mare ci sono i coccodrilli. Storia vera di Enaiatollah Akbari]
Año: 
2010
Género: 
Público: 
Editorial: 
Austral
Año de publicación: 
2011
Páginas: 
192
Valoración moral: 
Género: Literatura
Sin inconvenientes.
Algunos inconvenientes morales.
Presenta pasajes de cierta entidad contrarios a la fe o la moral.
Presenta pasajes escabrosos o un fondo ideológico general que puede confundir a personas con una escasa formación cristiana.
Abundan los pasajes escabrosos o un fondo ideológico contrario o extraño a los valores cristianos.
Por sus contenidos explícitos, la obra contraría la fe o la moral de la Iglesia Católica o el cristianismo en general.
Calidad literaria: 
Recomendable: 
Transmite valores: 
Contenido sexual: 
Contenido violento: 
Lenguaje vulgar u obsceno: 
Ideas contrarias a la doctrina de la Iglesia: 
La calificación de las distintas categorías proviene de la opinión de los colaboradores de Delibris

Historia real de un niño afgano que no pertenece a la etnia mayoritaria –es un hazara– y su familia vive amenazada por los talibanes. Por su bien, su madre lo lleva a Pakistán para alejarle de los que mataron a su padre y lo abandona allí. Desde allí comienza su largo viaje, lleno de aventuras, trabajo y peligros –incluidas dos deportaciones a Afganistán–, que acaba en Turín, después de seis años. El tono del libro es eminentemente positivo donde la lucha por la supervivencia y por una vida digna está narrada con una gran sencillez, a pesar de las adversidades increíbles con las que se encuentra el protagonista. Cuesta creer que pueda salir adelante en situaciones tan dramáticas y que pueda hacerlo con tanta rectitud moral. En breves líneas, se refiere la broma pesada de sus amigos, que le lleva a entrar en un burdel –y a salir corriendo– pensando que es un ambulatorio médico.

J.H.-R.L. (España, 2014)

Lo scrittore piemontese Fabio Geda racconta in prima persona la vera storia del giovane protagonista, che ripercorre le tappe della sua odissea, da un piccolo villaggio afghano all’Italia. Nascere in Afghanistan è preludio a un’esistenza difficile. Nascere hazara equivale a una vera e propria condanna. Sin dall’infanzia Enaiatollah sconta sulla sua pelle le discriminazioni riservate a quelli come lui, che, naso piatto e occhi a mandorla, appartengono a un’etnia minoritaria tenacemente osteggiata dalla maggioranza pashtun. La sua famiglia è minacciata e il padre costretto a lavorare per i trafficanti afgani fino al tragico incidente che gli costa la vita. I talebani chiudono con la violenza la sua scuola trucidando un coraggioso insegnante davanti ai suoi occhi. Per questo, quando compie dieci anni, la madre lo porta a Quetta, in Pakistan, nella convinzione che un futuro incerto in un nuovo paese sia meglio di un destino già segnato in patria. Enaiatollah è solo, per la prima volta lontano da casa, in un paese molto pericoloso. Con un’intraprendenza e una forza d’animo che è per noi difficile immaginare in un bambino della sua età, riesce a sopravvivere procurandosi lavoretti di fortuna.

Quando la situazione diventa insostenibile fugge in Iran e lavora tra i clandestini nei cantieri edili e nelle cave di pietra. Da qui raggiunge la Turchia, con una marcia estenuante attraverso impervi valichi montuosi, e Istanbul, nascosto nel doppio fondo di un camion, una vera e propria tomba in movimento dove tocca la morte con mano. Poi una rocambolesca traversata in gommone fino alle coste greche e da lì, un po’ per caso un po’ per fortuna, in Italia. Per anni la vita di Enaiatollah è una fuga continua tra poliziotti corrotti e violenti e trafficanti di uomini senza scrupoli. Ma anche in questo desolante panorama fanno la loro consolatoria apparizione la compassione e la solidarietà. Hanno il volto di un’amorevole vecchina greca, di un generoso ragazzo veneziano, di un’accogliente famiglia piemontese. I loro gesti di gratuita umanità dimostrano che non tutto è perduto, che è ancora possibile restituire la speranza a un’esistenza troppe volte ferita e umiliata.

"Nel mare ci sono i coccodrilli" è un libro che emoziona e commuove, ma fa anche sorridere. Nonostante la drammaticità dei fatti raccontati, mantiene sempre un tono lieve e pacato, con un pizzico di ironia, da cui traspare l’ottimismo che è la grande forza del protagonista.

G.B. (2010)

Reviews

Valoración moral: 

“La verdadera historia de Enaiatollah Akbari” es el subtítulo. El autor pone por escrito la ficticia odisea de este joven afgano que, a lo largo de cuatro años, pasa a través de Irán, Turquía y Grecia y termina en Italia donde cuenta su vida al autor. Al principio viene un mapa con la línea del viaje y, por la narración, el lector puede pensar que es verídico, pero pronto se advierte que es ficción. Una ficción entretenida; un libro de humor. 

Autor: Fernando Acaso, España, 2021
Valoración moral: 

Es la auténtica aventura durísima de un emigrante. La verdadera historia de Enaiatollah Akbari, es el subtítulo de esta magnífica biografía contemporánea que tiene gran actualidad por el tema que trata que es cada vez más común. Es un libro bellísimo que tiene como fondo la dignidad del ser humano y la valentía para sobrevivir. Se trata de una novela breve, narrada con sencillez, sin dramatismos a pesar de que es una vida fuerte y cruel. 

El protagonista principal tiene una personalidad muy atractiva. Es un niño lleno de ternura e inocencia que hace del escrito una experiencia conmovedora por ser una existencia real. En medio de la adversidad conserva la ironía y una maravillosa sonrisa. Expresa sus sentimientos con transparencia: miedo, alegría, agradecimiento, enojo, desengaño, ilusión, extrañeza, tristeza y hasta euforia. Atraviesa un “mar en el que siempre hay cocodrilos”. 

Enaiat nació en Nava, pueblo de Afganistán, es de etnia hazara, de musulmanes chiíes, donde viven intimidados por los talibanes que los consideran impuros. A los 10 años su madre lo sacó del país y lo abandonó en Quetta, pequeña localidad de Paquistán porque los talibanes fundamentalistas habían amenazado con matar a los hombres de su familia -él y su hermano menor- y ella ya no podía seguir escondiéndolo. Antes, sin que el pequeño entendiera por qué, su mamá le había dicho tres cosas que no debía hacer jamás en la vida: tomar drogas, usar armas y robar. Y le dio un consejo que se le quedó grabado en el alma: ser hospitalario y tolerante con todos. Corría el año 1999. 

El libro trata de su huida casi continua, que duró cinco años. De Paquistán a Irán, luego a Turquía, a Grecia y de allí a Italia. Cada vez corre más riesgos. Nuestro protagonista afgano está acostumbrado a la pobreza más extrema, tiene un carácter positivo y alegre, es listo y trabajador, se topa con personas corruptas, con traficantes de hombres que lo maltratan pero hay alguien que encuentra que siempre le ayuda y puede seguir adelante. Disfruta mucho  jugando al fútbol y más aún, ganando los partidos. Sabe hacer amigos que lo sostienen interiormente en medio de tanto dolor. Cuando no tienes familia, los amigos lo son todo, comenta. Además de la amistad hay algo que nunca deja de amar y anhelar que es la escuela. Comenta que la decisión de emigrar nace de la necesidad de respirar. Y la esperanza de una vida mejor es más fuerte que cualquier sentimiento. 

En Italia donde se había asentado, a los 21 años le cuenta su historia al escritor Fabio Geda, autor del libro. Es una lectura breve y ágil que mantiene la atención desde principio hasta el final. Facilita penetrar en la vida que llevan los emigrantes y mantener ante ellos una mirada de comprensión y cercanía. La recomiendo ampliamente. 
 

Autor: Marcela Navarro Hernández, México, 2022