
El presente ensayo podría encuadrarse en un peculiar género hagiográfico, pues contiene las biografías breves de pensadores que, a lo largo de la historia, sufrieron o murieron por su “fe intelectual”: filósofos que no renunciaron a sus intuiciones o teorías pese a lo que éstas les complicaron la vida o les hicieron enfrentarse con un ambiente adverso (conflicto vital que, por lo demás, es la piedra de toque de toda innovación valiosa).
Los autores elegidos de hecho muestran a las claras la intención del autor y su relativo acierto: Aristóteles, Leibniz, Descartes, Voltaire, Condorcet, Hegel, Tomás Moro, Servet, Giordano Bruno, Kepler, Hipatia, Sócrates, Boecio, Du Chatelet, Nietzsche, Gramsci, O. Wilde, Simone Weil, Einstein, y Turing, entre otros. Relativo acierto, porque no siempre tuvieron contradicciones, y tampoco siempre su aportación podría llamarse certera u realista.
Como intento, el libro no logra su objetivo prometedor, pues Gómez Pin lamenta o alaba lo marginal (por ejemplo, la homosexualidad de O. Wilde o A. Turing), otras se despista en sus valoraciones (p. ej., sobre Hipatia, sobre Cristología o sobre la controversia de auxiliis), otras convierte los verdugos en víctimas (vid. el caso de Voltaire) y, por terminar, nada comenta de los errores de pesos pesados, como Hegel o Nietzsche, que pasan en este ensayo como benefactores de la humanidad. Para lectores con formación universitaria.