
Es la precuela de Edenbrooke. Presenta a Philip, que nunca ha envidiado a su hermano mayor por ser el heredero de la finca familiar. Prefiere vivir su vida según sus gustos. Sin embargo, cuando su hermano fallece inesperadamente, su vida cambia, pues tiene que hacerse cargo del patrimonio de su familia y dejar de lado sus deseos; también deberá casarse. Se convierte así en el soltero más codiciado de Londres, un papel que le aburre y le cansa. Decide huir, pero acabará en una posada en la que conocerá a Marianne.
Destaca, como Edenbrooke, por su ambientación histórica, los personajes complejos y la exploración de temas como la libertad, el amor verdadero y el respeto a sí mismo. La novela se incluye dentro del romance blanco, un subgénero romántico que se caracteriza por historias de amor que no contienen escenas eróticas o sexo explícito, como ocurre con las novelas de clásicos de la literatura. Las novelas de este subgénero suelen priorizar la tensión emocional y la relación y sentimientos entre los protagonistas.