
La historia la narra, en primera persona, Holden Caulfield, un adolescente rebelde, inadaptado e inmaduro, pero de gran perspicacia. Es una de las obras más representativas de la novelística en los Estados Unidos de la postguerra. Holden, su joven protagonista, refleja magníficamente ese titubeo propio del adolescente, que en un momento se afirma en su casi conseguida hombría para volver enseguida a sentirse desorientado en el mundo da los adultos. Por eso, su versión de los sucesivos descubrimientos que va realizando en sus tres días en Nueva York tienen la exactitud -y la crueldad- de una placa fotográfica, todavía no adulterada o suavizada por las complejidades de la mentalidad de los mayores.
El lenguaje de la novela, propio de un colegial, resulta expresivo y desgarrado, abundando en frases malsonantes y vocablos soeces. Salinger, a través de los ojos de un adolescente, consigue un cuadro muy significativo de un sector de la sociedad estadounidense en la que empiezan a detectarse los síntomas de tedio y rechazo de un modo de vida, considerado hasta entonces como ideal, y que terminaría haciendo crisis en los años sesenta. Ese principio de hastío de los bienes materiales, contrapuesto a la falta de algún verdadero ideal es lo que, sin llegar a darse cuenta cabal de ello, detecta en sí el joven protagonista de esta novela. El personaje muestra su inmadurez también en el terreno afectivo: la curiosidad en este campo da pie a una escena un tanto escabrosa, sin descripciones, así como a varias referencias burdas.
Es interesante extrapolar la mentalidad de este adolescente con los de ahora. La actuación del protagonista es totalmente creíble con su edad y condición: consciente de que es un irresponsable, y ni siquiera entiende cómo puede cambiar. No soporta la mentira, mientras él miente sin control. No sabe analizar sus sentimientos, más allá de un genérico “me deprime”… En el largo monólogo de Holden, apreciamos un tipo muy común de adolescencia, con todas sus contradicciones. Un carácter desorientado, cuya clave de comprensión la da la propia hermana del protagonista, Phoebe, cuando le dice que, sencillamente, no sabe lo que quiere.
P.B. - M.M. (2010)
El libro consiste en una narración que hace Holden Caulfield a su psicoanalista a quien cuenta todo lo que ha hecho en los últimos días luego de irse de la escuela. Lo más relevante en la historia no son los acontecimientos en sí mismos sino más bien la situación psicológica del protagonista. Holden es un adolescente de 16 años con serios problemas emocionales y profundamente solo. El muchacho pasa aproximadamente 3 días viviendo en un hotel en New York porque no quiere regresar a casa de sus padres. Durante esos tres días, Holden pasea por la ciudad, llama y se reúne con viejos compañeros, frecuenta clubes nocturnos, visita a escondidas a su hermana menor, visita a un exprofesor y muchas otras cosas. En el contexto de cada una de esas actividades Salinger va mostrando las distintas facetas psicológicas y emocionales que atraviesa Holden. Al final del libro, el protagonista decide regresar a su casa y se sobrentiende que desde ahí fue llevado a la terapia del psicoanalista.
Holden Caulfield es un muchacho complicado. Ha sido expulsado de varias escuelas y sus graves problemas emocionales y psicológicos agudizan las típicas conductas rebeldes de la adolescencia. Sus compañeros en la escuela son muchachos bastante frívolos y no se aprecia en ningún momento verdadera amistad. Cuando sale de la escuela, intenta canalizar su depresión buscando compensaciones con mujeres y con el licor. Holden de vez en cuando reflexiona interiormente sobre su vida sexual con una visión equivocada. Contiene pasajes escabrosos y un contexto general, pesimista y negativo.
M.L. (Puerto Rico, 2016)