
El autor, aprovechando una exposición original –en forma de diálogo con el lector, que ni cansa ni se hace excesivamente intimista–, va recorriendo algunas etapas de la vida espiritual de un cristiano; quizá con una actividad corriente pero donde se puede esconder también un gran amor. Éste será, según el autor, el secreto de un existir pleno e ilusionante.
La fuerza del libro está en que el autor trata los contenidos clásicos de la vida espiritual de una manera novedosa, cercana, resaltando la profundidad –también mística– de hechos muy normales para un observador externo e incluso para el propio sujeto. Como indica el propio libro, se dirige principalmente a personas con una cierta experiencia de vida interior y años de lucha cristiana. Quizá algunas personas sintonicen más con el estilo de la exposición que otras, pero en todo caso su lectura será de provecho.