Final de la historia de amor de Noah y Nick, que comienza un año después del final de la novela anterior, Culpa tuya. Una vez más la historia entre ambos no es amor, es una pasión retorcida en la que, pese a estar enemistados, a saberse engañados, a odiarse el uno al otro, cuando están cerca no son capaces de quitarse las manos de encima. Nick manifiesta la incapacidad de perdonar casi enfermiza que sufre, unida a una personalidad manifiestamente narcisista que no es ejemplo para nadie. Y Noah sufre los desmanes de su chico, mostrándose incapaz de defenderse de los ataques, corrosivos, cargados de mala fe, de su supuesto enamorado.
Hay varios episodios sexuales en la novela, aunque no tan abundantes y groseros como en las dos primeras entregas de la saga. Pero sigue mostrando unas relaciones familiares donde prima el odio y el desprecio sobre el amor (aunque luego tengan hasta cierto punto un final feliz), unos amores muy tóxicos y unas personalidades muy retorcidas, tanto que hacen incoherentes los comportamientos de los dos protagonistas.