Cabe advertir que el original de la novela está en lengua rusa. El autor y protagonista de esta impresionante narración es un hombre que no permitió que su minusvalía y la crueldad humana acallaran su voz. Rubén Gallego nació en Moscú en 1968, en la clínica del Kremlin. Allí pudieron llevar a la madre gracias a la intervención de su abuelo, dirigente del Partido Comunista Español, en el exilio. Afectado de parálisis cerebral, vivió con ella año y medio, encerrado en un hospital. Luego se lo quitaron y le dirán cruelmente que ha muerto.
Estamos en una sociedad, la rusa, que no admite huerfanitos enfermos "no presentables", todo aquello que vaya contra el mito del hombre nuevo. El libro cuenta hechos reales, cómo sobrevivió el autor, narrador el mismo de la historia de su parálisis cerebral infantil diagnosticada al nacer. Con la Perestroika, Ruben pudo escapar, localizó a su madre y acabó su odisea. Son 30 textos breves: como un mosaico, estampas, mínimas historias, que configuran la figura del protagonista. Desde el comienzo advierte que escribe sobre el bien, la victoria, el amor, la dicha. Nada de críticas patéticas. Escribe sobre su infancia y juventud preferentemente. Quiere transformar un documento de sangre en una obra literaria, el sufrimiento en un grito de esperanza. Todo lo que he escrito es verdad; evito hablar de lo malo. Escribo sobre el bien. Cada uno de los relatos es la narración de una victoria. Llaman la atención las virtudes humanas de Rubén, cómo sabe sobreponerse a unas circunstancias muy adversas. La prosa es sencilla pero expresiva.