Es un magnífico libro para el propio conocimiento y en especial para la honestidad personal en todo el tema de las relaciones personales y las emociones que llevan consigo. El autor invita a reconocer con sinceridad que cada uno es el principal responsable de lo que hay en su corazón. Si se acepta puede darse una verdadera conversión que es el camino de la felicidad. Lo usual en las personas es culpar a los demás de sus problemas y no querer asumir que está en nuestras manos alejar todo lo conflictivo para recuperar la libertad, vivir en armonía con los demás y en paz con nosotros mismos.
El autor brinda herramientas teóricas y prácticas para superar problemas muy profundos a través de la afirmación de que nosotros mismos creamos nuestros propios conflictos emocionales y nos quedamos atrapados. Negar esta realidad es un engaño, un autoengaño y se requiere mucha valentía para ser sinceros y empezar a cambiar de fondo. En el momento en que se acepta la propia responsabilidad en el surgir de los pensamientos y emociones negativas que torturan, se descubren con alegría los miedos, inseguridades, recelos consigo mismo y con los demás, y se logra empezar a ser de otro modo. Desaparece ese mundo interior negativo y asfixiante y nos liberamos de una carga extremadamente pesada.
Son muy útiles los casos reales que se desarrollan, las historias compartidas de muchas personas que han pasado por esta situación pues ayudan a reconocernos en situaciones muy similares, y son una invitación a poner por escrito la propia historia con fines terapéuticos. Esta parte práctica del libro facilita una comprensión profunda y verdadera de nuestras acciones y actitudes y a discernir con claridad el modo de superar los problemas por nosotros mismos. Este proceso, al ser libre, es más comprometedor y al mismo tiempo más satisfactorio. Muchas veces será costoso porque existe una natural tendencia a la autodefensa.
También puede suceder que algunos lectores sean personas que tienen constantes sentimientos de culpa, baja autoestima, y en estos casos se liberarán de esa imagen distorsionada, se abrirán a la verdad y dejarán de sufrir. La condición es que no se desalienten en el camino del cambio y que superen sus constantes miedos. La honestidad personal siempre conducirá a la verdad, y la verdad libera. Se trata de cultivar una disposición receptiva, íntegra y atenta para encontrar las verdades libremente, por nosotros mismos, sin que nadie desde el exterior nos las diga y menos aún, las intente imponer.
Los títulos de los capítulos son ilustrativos. La pérdida de la serenidad. Vivir una mentira. La actitud egoísta. Hacerse la víctima. La falsedad conjunta. La oscuridad de nuestros ojos. Al final siempre se hace la luz. Abrirse a los demás. La influencia. La verdad disipa la mentira. Hacer el bien. Qué viene después del cambio del corazón. Cómo cambiar la influencia del pasado. El perdón, la renuncia y la libertad.
La conclusión del libro puede ayudar a entender su objetivo más profundo. Cuando estamos atrapados en la auto-traición, creamos pruebas de nuestra valía. Es como si los demás tuvieran la misión de juzgarnos. Por eso hay que hacer el bien sin preocuparnos de la opinión ajena. Hay que rendirse ante la supremacía del amor por encima de todo. La forma de vida hipercrítica, competitiva, autoritaria, combativa y controladora acaba destruyéndose a sí misma. Las personas amables, empáticas y generosas se centran en lo que realmente importa. Su comportamiento es atractivo porque el amor invita a la cooperación y a la creatividad.
Se recomienda su lectura a todas las personas que quieran profundizar en su mundo interior, en la causa de sus problemas en las relaciones humanas y a quienes desean ayudan a otras personas a ser honestas para solucionar sus conflictos. De modo especial a quienes no saben profundizar o no entienden a la gente más complicada. Los fundamentos antropológicos -implícitos- son rectos y yace una honda visión cristiana.